Murad Hayrapetyan es un ejemplo de superación y compromiso en el mundo del jiu-jitsu. Este deportista nacido en Armenia y residente en España desde los 11 años ha hecho historia en las artes marciales, consiguiendo importantes logros internacionales. Su historia es la de un luchador tanto dentro como fuera del tatami.
Un nuevo comienzo gracias al deporte
Adaptarse a un nuevo país nunca es fácil, pero Murad encontró en el deporte un aliado para superar los retos. “Evidentemente, el cambio de país es difícil, pero el deporte me ayudó mucho en mi adaptación. Por cierto, empecé con judo”, comenta. Fue en España donde conoció el jiu-jitsu gracias a su entrenador, Juan Francisco Luján, quien se convirtió en una figura clave en su vida. “Poco a poco me fui enganchando hasta mi actual situación deportiva”, explica.
El desafío de la nacionalidad: un obstáculo superado
Uno de los retos más complicados en su carrera fue la obtención de la nacionalidad española. Al no ser un deporte olímpico, el jiu-jitsu no le permitió acceder a este reconocimiento por la vía deportiva, algo que le costó años de lucha. “Esto lo sufre cualquiera cuyo deporte no sea olímpico. He luchado mucho para poder obtenerla, pero eso me ha hecho más fuerte”, afirma. Finalmente, tras un largo proceso, Murad logró representar a España, un país al que siente profundamente unido.
Logros destacados en su carrera
Con un palmarés que incluye dos medallas de bronce en el Campeonato de Europa Absoluto y otro bronce en el último Mundial, Murad también ha conquistado algunos de los torneos más prestigiosos del jiu-jitsu mundial. Entre ellos, el Grand Prix de París y el Open de los Balcanes, donde consiguió sendos dobletes en 2022 y 2023 al ganar tanto en lucha como en suelo.
Representar a España para mí es algo extraordinario. Estoy totalmente integrado después de más de 20 años viviendo en este bonito país”, comenta con orgullo.
El camino hacia el número uno del mundo
Actualmente, Murad ocupa el puesto número 2 del ranking mundial, un logro que valora profundamente: “Es emocionante, ya que es muy difícil. Tienes que estar en todas las competiciones internacionales y puntuar. Pero claro está, me indica que estoy en el camino correcto”. Sin embargo, su objetivo es claro: “Mi sueño es ser campeón del mundo y alcanzar el número 1 del ranking. Por intentarlo no va a quedar”.
Dedicación y sacrificio: un estilo de vida
Murad combina su entrenamiento con un trabajo nocturno y fines de semana, ya que no cuenta con becas que le permitan dedicarse exclusivamente al deporte. Su rutina es exigente: trabajo físico por las mañanas y entrenamiento en lucha y suelo por las tardes junto a sus entrenadores, Juan Francisco Luján y Ezequiel de la academia ASES.
La preparación para los torneos internacionales es día a día, pero en las últimas tres semanas subimos la intensidad a diario. Cualquiera de ellos es importante, ya que puntúan para el ranking
El aprendizaje del tatami y su impacto personal
El jiu-jitsu no solo ha moldeado su carrera deportiva, sino también su carácter. “Mi aprendizaje en el tatami me ha aportado serenidad para afrontar retos y confianza en todos los aspectos de la vida”, asegura. Además, considera que las derrotas son una oportunidad para crecer. “De las derrotas se aprende mucho, como corregir errores. Mi peor resultado este último año fue un quinto puesto, perder el combate por el bronce”.
Consejos para los jóvenes y su legado
Murad inspira a las nuevas generaciones con un mensaje claro: “Deben perseverar para aprender y conseguir resultados. Estos se obtienen con trabajo, sacrificio y constancia. Eso es extensible a todos los niveles de la vida”.
Cuando se le pregunta cómo le gustaría ser recordado, responde con humildad: “Por mis valores y mi respeto absoluto por los competidores, árbitros y entrenadores, además de por mis progresos en el tatami”.
Un luchador dentro y fuera del deporte
La historia de Murad Hayrapetyan es un recordatorio de que los sueños son alcanzables con esfuerzo y determinación. Desde sus inicios en el judo hasta su posición como uno de los mejores en el jiu-jitsu mundial, su trayectoria es un ejemplo de cómo el deporte puede cambiar vidas.
“Un fuerte abrazo para mis vecinos de los pueblos afectados por la DANA. Vivo en un pueblo muy cerca de todos ellos”, concluye Murad, mostrando también su lado más humano y solidario.